Estados Unidos ha elevado de manera histórica la recompensa ofrecida por información que conduzca al arresto o condena de Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, fijando la cifra en 50 millones de dólares. El anuncio fue realizado el 7 de agosto de 2025 por la fiscal general Pam Bondi, en coordinación con el Departamento de Estado, en lo que se considera una de las ofertas más altas de la historia reciente contra un líder político en funciones.
Según las autoridades estadounidenses, esta decisión responde a nuevos indicios y a la continuidad de las acusaciones contra Maduro por supuestos delitos de narcotráfico, corrupción y violaciones de derechos humanos. El gobierno norteamericano sostiene que el mandatario venezolano forma parte de una red criminal transnacional que ha facilitado el envío de toneladas de cocaína a Estados Unidos, además de estar vinculado a operaciones de lavado de dinero y uso de recursos estatales para sostener su poder.
La recompensa forma parte del Programa de Recompensas contra el Crimen Organizado Transnacional, que ofrece compensaciones económicas a quienes proporcionen información verificada y útil que lleve directamente a la captura de personas buscadas por la justicia. Esta nueva cifra duplica la anterior de 25 millones de dólares establecida en enero de 2025, la cual ya había sustituido el monto original de 15 millones ofrecido desde 2020.
Las autoridades estadounidenses recalcaron que cualquier persona que posea información relevante puede comunicarse de manera confidencial y segura a través de los canales oficiales del Departamento de Estado. El incremento de la recompensa ha generado un fuerte impacto político y mediático, especialmente en América Latina, donde analistas consideran que este movimiento intensifica la presión internacional sobre el gobierno de Maduro y podría influir en el equilibrio político de la región.
Mientras tanto, el presidente venezolano no ha emitido declaraciones directas sobre este nuevo anuncio, aunque portavoces de su administración han calificado la medida como parte de una “guerra política” liderada por Washington contra Caracas.