La industria de la moda ha dado un giro inesperado al adoptar herramientas de inteligencia artificial no solo como apoyo visual, sino como protagonistas de campañas publicitarias. Así lo demostró la reconocida revista Vogue, que en su edición de agosto de 2025 incluyó por primera vez en su historia una campaña gráfica protagonizada por una modelo completamente generada por IA.
La imagen —impactante, hiperrealista, y diseñada con precisión fotográfica— muestra a una mujer rubia, de ojos celestes y piel perfecta, luciendo prendas de la colección de verano de Guess. Sin embargo, la modelo no existe: es una construcción digital realizada por el estudio tecnológico Seraphinne Vallora, con sede en Nueva York. El proceso técnico detrás de esta figura digital no fue un simple filtro o render casual.
Se trató de una producción profesional que implicó modelado facial en 3D, generación de tejidos y texturas mediante algoritmos entrenados en moda contemporánea, e iluminación simulada por entornos digitales. Para ello, se utilizaron sistemas avanzados de generación visual, similares a Stable Diffusion o DALL·E, con intervención humana para el diseño del vestuario y la postura. El resultado fue tan convincente que, para muchos lectores, pasó desapercibido.
Solo una nota discreta al pie de página advertía que se trataba de una imagen generada por IA. Según sus creadoras, Valentina González y Andreea Petrescu, la construcción de esta campaña tomó cerca de un mes, involucrando a cinco profesionales en arte digital, programación, moda y postproducción. El costo final del proyecto superó los seis dígitos.
“Nuestro objetivo no era reemplazar a nadie, sino explorar nuevas formas de narración visual”, explicaron en una entrevista con medios especializados en diseño computacional. Sin embargo, la comunidad tecnológica y artística ya debate sobre las implicaciones profundas de este avance. Si bien es un logro estético y técnico, también plantea preguntas sobre los límites éticos, la propiedad intelectual, y la automatización de profesiones creativas.
La posibilidad de crear modelos perfectos en minutos, sin contratos, casting, ni producción tradicional, podría transformar radicalmente el negocio publicitario. Algunas voces ven en esto una oportunidad para democratizar la moda digital; otras, una amenaza directa al trabajo de miles de creativos humanos. Más allá de la polémica, Vogue ha marcado un precedente. La inteligencia artificial no solo está diseñando imágenes: ahora protagoniza campañas. Y eso, guste o no, es solo el comienzo.
La revolución digital en la moda
Audio narrado por Mia García – Tecnología y belleza en la era de la inteligencia artificial.