El domingo 27 de julio de 2025, el gobierno de los Estados Unidos, encabezado por el presidente Donald Trump, anunció un ambicioso acuerdo comercial con la Unión Europea que ha sido calificado como uno de los tratados más grandes y estratégicos de las últimas décadas.
El pacto establece que los productos europeos que ingresen a territorio estadounidense estarán sujetos a un arancel del 15 %, mientras que las naciones del bloque europeo se comprometen a invertir 600.000 millones de dólares en sectores clave de la economía estadounidense, así como a realizar compras equivalentes a 750.000 millones de dólares en energía, equipos tecnológicos, automóviles y material militar de fabricación norteamericana.
Trump aseguró en conferencia de prensa que este acuerdo histórico fortalecerá de manera significativa a las industrias automotriz, agrícola y energética, al tiempo que posiciona a Estados Unidos como socio preferente en materia de seguridad, innovación y desarrollo sustentable. Paralelamente, se informó que delegaciones diplomáticas y comerciales de Estados Unidos y China se reunirán esta semana en Estocolmo para negociar la ampliación de la tregua arancelaria que vence el próximo 12 de agosto.
Las partes buscan evitar la reactivación de tarifas punitivas que podrían escalar la guerra comercial entre ambas potencias. Mientras tanto, el nuevo acuerdo con Europa representa un paso firme del gobierno estadounidense hacia el reordenamiento de sus relaciones económicas globales, en un contexto de creciente competencia internacional y necesidad de reposicionamiento estratégico en los mercados emergentes.